Por causas ajenas a la voluntad de su autor, este sitio web ha permanecido inactivo durante 48 Días. Problemas difíciles que fueron producidos por la caducidad, sin mediar aviso, del dominio anterior, dificultad que incluso al muy experto administrador del blog le ha costado más tiempo del deseado resolver, pero aquí estamos de nuevo. Al menos me cabe la tranquilidad de que no ha sido a causa de una torpeza mayúscula como la de ese diputado extremeño capaz de equivocarse de tecla cuando solo tenía tres entre las que elegir: si, no, o abstención.

Con la esperanza de que la contingencia se resolviese pronto y ya que tuve que pasar dos semanas aislado a causa de haberme contagiado, afortunadamente de modo leve, con el mal pandémico que tanto abunda, en los primeros días llegué a redactar tres artículos: en el primero arreaba duro a ese nefando Sánchez que tantos artículos me inspira aunque no pienso agradecérselo nunca, en un segundo texto mostraba mi escepticismo ante ciertas encuestas electorales que tanto se suelen equivocar -entre las encuestas no incluyo las del CIS por razones obvias- y el tercero que se refería al caso Djokovic, ese gran tenista y desequilibrado personaje al que agradecemos de corazón que dejara el camino más expedito a Nadal para que lograra su vigésimo primer Grand Slam. Pero todos esos artículos han perdido uno de los requisitos que considero necesarios para su publicación, cuales son las condiciones de oportunismo y actualidad, así que los guardaré archivados porque, además, de todos esos temas seguiré opinando siempre: del psicópata y narcisista presidente hablaremos muchas veces, de las encuestas bastantes otras y, aunque poco del número uno del ranking ATP, no faltarán nunca alusiones a sus “congéneres” negacionistas del Covid.

En este último mes y medio han ocurrido tantas cosas que necesitaría muchas páginas para comentarlas todas y otro de los requerimientos que aquí me he impuesto es tratar de no redactar artículos muy largos. Son asuntos que, por otro lado, el avisado lector conocerá suficientemente y, por tanto, me referiré con brevedad solo a los más actuales y destacables: 1.-Las elecciones auonómicas en CyL que serán comentadas tras su celebración porque los resultados pueden resultar interesantes. 2.-Llama la atención que tras montar un gran circo parlamentario para prorrogar la obligatoriedad del uso de la mascarilla en exteriores, el gobierno anunciara que la medida solo se aplicará una semana más. Sí, estos son los mandamases que tenemos y que, si nosotros lo seguimos permitiendo, podrían seguir mucho tiempo más encaramados en su pedestal, que es nuestro cadalso. 3.-Otro asunto que preocupa es saber que la banda de Sánchez esté pensando en trucos para reducir las condenas y hasta a dejar salir de la cárcel a etarras asesinos no arrepentidos. Y 4.-El jeribeque de la bochornosa y última sesión parlamentaria con el inexplicable error -es difícil creer que se trate de un fallo informático o un atentado-, con la queja del PP -con algunos argumentos a bote pronto explicables pero otros infantiles-, y la actuación estelar de la señora presidenta del Congreso que no pierde ocasión de exhibir su acendrado sectarismo y aquello de que “la norma y la mesa somos yo y mis circunstancias”  amén de seguir demostrando como se practica el abuso de ley dentro de la inseguridad jurídica permanente. Pero sin olvidar que lo más llamativo es que la ministra de trabajo, Yoli la fantástica, la que decían estaba destinada a disputar a Sánchez el protagonismo de la izquierda, ha cosechado un sonoro fracaso que pagará caro y sin dejar en el olvido que la extrema debilidad del gobierno, salvando los muebles in extremis gracias al error del diputado Casero, ha quedado evidenciada una vez más.

Sí, son muchas las cosas que pasan, muchas muy lamentables, desde aquí las seguiremos comentando si no nos censuran, que todo puede ocurrir en este país hasta ahora llamado España.