El único consuelo que tenemos al oír el desmán diario que con seguridad siempre trama el gobierno, es saber que la tropelía no debe ser la peor de todas porque nunca nos cabe la menor duda de que la de mañana será más degradante y aun más lo será la de pasado mañana.
Si lo que está sucediendo en España no se nos va pareciendo cada vez más a una dictadura es: porque somos unos sectarios izquierdistas irrecuperables, porque tal vez seamos muy tardos, quizás unos ingenuos o es que, y de eso hay mucho, vivimos totalmente desinformados y ajenos a lo que se cuece y/o somos unos pasotas sin solución, figura también muy habitual.
Empezamos por saber que la Abogacía del estado se había convertido en el despacho de abogados del gobierno, pero despues hemos tenido que asumir que nos colocasen, sin anestesia, a una ex ministra del gobierno como nueva fiscal general de su alteza real el seudo-presidente de la neo-república ex-pañola y desde luego que la señora ha cumplido sobradamente con las expectativas. Para esta fiscalía no hay nada que reprochar a Pablo Iglesias en el caso Dina, la fiscalía cree que Antiblanqueo no tiene nada que analizar sobre las irregularidades contables de Podemos ni su contrato con la consultora Neurona; para la fiscalía no hay nada que investigar sobre la gestión de la pandemia por parte del gobierno; no, es que ni siquiera le merece la pena saber como se gestionaron los cientos de millones gastados en comprar material inservible a empresas inexistentes o relacionadas con un ministro. Claro que tampoco le parece oportuno recurrir la maloliente absolución del ex mayor de los Mossos, José Luis Trapero. Y por supuesto que para la fiscalía tampoco tiene verosimilitud la querella presentada contra el ministro Ábalos por su vergonzosa actuación en el caso conocido como el Delcygate, la larga permanencia de la dama en territorio de la Unión Europea contraviniendo flagrantemente las normas de esta, y no le merece la pena saber qué ocurrió con un montón de maletas que entraron sin pasar ningún control porque al parecer más de veinte pesados bultos son de lo más normal en una valija diplomática. Una de las pocas veces que Sánchez ha sido sincero es cuando dijo en una entrevista radiofónica: ¿De quien depende la fiscalía? ¿Del gobierno?... Pues eso.
Ya allá por el mes de febrero un juez vio indicios de delito en este caso y pidió las cintas grabadas del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, pero la pandemia hizo que todo quedara en suspenso. ¿Volverá el nuevo rebrote a dejar las actuaciones en el limbo? Mi desconocimiento en materias judiciales me impide saber eso y también ignoro qué importancia tiene que un juez haya pedido al partido Laócrata una fianza, para ellos inasumible de 5.000 Euros, para ejecutar la acusación popular y otra de 40.000 Euros al PP por el mismo motivo. El caso es que todo esto nos parece que avanza con demasiada y preocupante lentitud.
Produce escalofríos recordar las palabras que dijera Iglesias: Ni como mera hipótesis concibo que vaya a haber una imputación [contra mí]. Todo el mundo sabe lo que va a decir el Tribunal Supremo.
Pues eso.