Este blog ha permanecido inactivo durante un tiempo bastante más largo del que suele transcurrir entre un artículo y el siguiente por motivos ajenos a la voluntad de su redactor, algo que mucho ha tenido que ver con problemas informáticos.
Durante este lapso de tiempo han sucedido numerosas cosas que podrían haber sido objeto de comentario. La mayoría, relacionadas con la política y las actuaciones del gobierno socialcomunista (PSOE - UP) entre lamentables y nauseabundas, tantas que necesitaríamos, aquí y ahora, un espacio excesivamente extenso para comentarlas todas pues, como suele ser habitual, su capacidad productora de tropelías supera cualquier cálculo o expectativa.
Mientras aquí Sánchez es recibido entre aplausos por sus conmilitones y buena parte de la prensa se lo consiente todo, en Europa es agriamente censurado por los medios tanto de derechas como de izquierdas y España, por su causa, pierde prestigio y presencia internacional a borbotones. Mientras todas las agencias internacionales y el propio Banco de España siguen dibujando el peor y más catastrófico panorama económico del continente y uno de los peores del mundo, tras decirnos en junio que habíamos vencido al virus gracias a su eficiente labor como mando único y mientras el gobierno abdicara de sus obligaciones sin dotar a las Comunidades, a las que pasó el testigo sin ejercer labor coordinadora alguna, de los medios legales necesarios hasta convertirlas en cabezas de turco, sobre todo a la madrileña -faltaría más-, el panorama es desolador.
Mientras todo eso y más ocurre, el gobierno se ha encargado de dejar claro para qué nombró a Dolores Delgado como Fiscal General de sí mismo y ya se permite hasta el lujo de negociar el apoyo a unos presupuestos generales -que ni siquiera han empezado a esbozar, pues eso es lo de menos- con el Bildu proetarra con el que hasta antes de constituir el ejecutivo navarro falazmente negaban rotundamente ser capaces de llegar a acuerdo alguno, y por supuesto con ERC, negociaciones a cargo del, ahora moñudo, vicepresidente segundo, neocomunista amigo de los admiradores de Eta, tan democrático él. Y Arrimadas diciendo que va a impedir no sé qué.
-Inés, hija, si es que al final los presupuestos, contigo, sin ti, con Bildu o con el sursuncorda, tendrán que ser los que diga la Unión Europea o no serán, pero deja de bailarle el agua a quien solo te utiliza como excusa mientras sigue insultándote en el Parlamento y llamándote fascista a cuenta de la manifestación de Colón. Si es que no aprenderás nunca. Que la cabra de Pedro (¿recuerdas a Heidi?) siempre tira al monte, que Pedro (Sánchez) es un político sin escrúpulos y que siempre acabará dando preferencia y opciones a sus socios de investidura; que solo te utilizará mientras le sirvas.
Y mientras todo eso y mucho más ocurre, si hacemos caso de unas encuestas que uno ya no sabe si creer –no digamos la del CIS-, diríase que tanto desatino no causa a ese infausto gobierno tan suficiente desgaste como parecería lógico. Algo a lo que nadie ha encontrado explicación racional es esa capacidad de la izquierda para ganar siempre la batalla del relato y para que sus culpables desaciertos les pasen mucha menos factura que a la derecha. Creo que tendrá razón el, entre otras cosas gran articulista, Juan Carlos Girauta, cuando en un artículo suyo (ABC-15/09/20) afirmaba: <<la guerra cultural, o la batalla cultural, no consiste en estar guerrero todo el día sino en ir haciéndose con la hegemonía en instituciones, medios de comunicación, Universidad, escuela, universo editorial, etc. Por eso la de Gramsci es una revolución pasiva y paulatina>>. Sí, por ahí debe andar la clave. La que ni Casado ni sus antecesores jamás han entendido.