Qué ridículo han hecho (una vez más) durante la reciente reunión preelectoral municipal del PSOE en Valencia.  Presumir de una ley de la vivienda abocada al fracaso, ley aprobada pese a los informes previos desfavorables como ya ocurriera con la malhadada ley Sisi, todo ello es algo a lo ya estamos acostumbrados, no nos llaman la atención esas performances en clave electoralista tan falsarias como el mentiroso compulsivo que preside el gobierno, como tampoco nos extraña que el mismo PSOE del Tito Berni hable de la corrupción ajena y precisamente desde Valencia, la Comunidad del caso Azud y del de los familiares del anfitrión, Ximo Puig.

Ya nada nos sorprende del sanchismo y menos los golpes de efecto propagandístico como ese de prometer movilizar 50.000 viviendas de la SAREB. Populismo en estado puro y reunión a la que faltaron (¿por qué será?) todos los barones excepto, claro, el anfitrión. Movilización de viviendas para la que bien sabe Sánchez que tendrá que contar con las Comunidades Autónomas algunas de las cuales ya lo estaban haciendo, movilización que no podrá terminarse ni en esta legislatura ni en mucho tiempo, que no hay 50.000 viviendas construidas disponibles para ello, que la mayoría solo están ubicadas en las grandes capitales, que muchas están okupadas y otras son inhabitables (lo ha tenido que reconocer Calviño). Sí, claro que ha prometido la construcción de 15.000 viviendas (largo me lo fiais) para cubrir las inexistentes y otras patrañas; sí, más promesas de quien hace tiempo perdió toda credibilidad.

Algo que causó mucha vergüenza ajena fue ver como los 4.000 asistentes al acto (un tercio de la vez anterior en 2015 en la plaza de toros) aspirantes todos a obtener algo, tras el anuncio, y cual si Sánchez hubiera logrado al fin la cuadratura del circulo, se rompieron desaforadamente las manos aplaudiendo al líder, plenos de arrobo al más puro estilo de la Corea de Kim Jong-un, incluso con los de primera fila dando un saltito embelesados ante su caudillo (Rosa Díez dixit). Y es que si de algo se puede vanagloriar Sánchez es de su capacidad para hacer pasar  por las horcas caudinas a todos sus colaboradores, esos ejemplares de la especie "lamelibránculis bivalvos acéfalos".

El último (por ahora) remate de la ignominia se produciría en la comparecencia del presidente para explicar el estado de las (vergonzantes) relaciones con Marruecos en la que no respondió a una sola de las preguntas formuladas, algo que le afearon hasta sus socios, pero que fue cuando aprovechó la tribuna del Parlamento para hacer un mitin electoral y, descubierta la baratería de su anzuelo con la SAREB, anunciar ahora la financiacion de 43.000 viviendas de alquiler social.

Por prometeter que no quede. Ese es que ese es el gobierno que tenemos y aun habrá quien les vote.