Tras las dos últimas encuestas del CIS lo único que parece haber quedado claro es que su presidente, José Félix Tezanos, miembro de la comisión ejecutiva del PSOE, lo que ya es en sí mismo indicio de gatuperio, se ha ganado bien el sueldo si atendemos a lo que el presidente del gobierno esperaba de él. Buen futuro le aguarda si Sánchez dura al frente del ejecutivo pues ya sabemos lo agradecido que es a la hora de colocar a sus cofrades.
En la primera encuesta con JFT al frente, el CIS nos situó al PSOE en cabeza con un 29,5% de intención de voto; un ascenso de casi 8 puntos sobre el resultado anterior, algo difícilmente explicable según muchos expertos aunque se intentara justificar por el hecho del golpe de efecto de la moción de censura, de la mayor visibilidad adquirida al estar en el gobierno, a distintos y variados postureos y golpes de efecto populistas y a la todavía no llegada de Pablo Casado al liderazgo de la oposición.
Pero sabido es que el poder desgasta y que los errores cuando se está al frente del gobierno se pagan a un precio más elevado y, en cambio, un mes más tarde, tras una política totalmente errática, acciones y rectificaciones incluidas, del Aquarius a las devoluciones en caliente, entre bombas no y bombas sí, el despropósito del diésel, la confusa política respecto a Cataluña, la constante amenaza de subida de impuestos, la colocación a dedo de 500 amiguetes en las empresas públicas, del falconazo para fiestuquis nocturnas y el uso desmedido de helicópteros para sus desplazamientos incluida la boda de un cuñado, de la colocación de la esposa en el Instituto de Empresa, tantas meteduras de pata de doña Carmen Calvo, de Meritxell Batet, de Grande Marlaska o de Borrell, de intentar saltarse al Senado para facilitar la aprobación de los presupuestos en conchabanza con Pablo Iglesias y tantas y tantas frivolidades, ahora resulta que los resultados de Sánchez, un mes más tarde, han seguido mejorando hasta alcanzar el 30,5%.
Y es que los milagros existen, amigos.
Según el mismo sondeo, el PP se sigue hundiendo -buena forma de informar a la clientela de que no funcionó el “efecto Casado”-, Ciudadanos mejora algo y Podemos sigue en caída. Poco verosímil parece que, si Ciudadanos sigue más o menos igual y UnidosPodemos solo pierde algunos de sus votantes, pueda entenderse que una parte importante de lo que gana el PSOE pudiera provenir del PP pues eso se asemeja arduo de creer. Y hay datos que contribuyen a que más de un experto se sorprenda, como son que en intención directa de voto el PSOE baje cinco puntos respecto a las estimaciones del mes de mayo que son muchos en comparación con el resultado final y de que solo el 14% de los entrevistados considere buena la gestión del gobierno frente a un 35% al que le parece mala o muy mala, aunque se trate de parámetros de diferente significado, entre otros datos contradictorios dentro del mismo escrutinio. También es cierto que ese sondeo fue realizado antes de la “vaya-tesis” de Sánchez y la cuasi desimputación de Casado, de la dimisión por plagio de la ya exministra Montón, de los guiños recientes de Sánchez -Quebec incluido- y otros varios ministros y cargos socialistas al independentismo catalán.
Y para más inri el reciente caso de la ministra de justicia doña Dolores Delgado tan social-progresista, feminista y anti-homofóbica ella, que se sabe que siendo juez de la Audiencia Nacional llamó maricón a otro juez más otros comentarios con graves acusaciones de deshonestidad a otros, en una malhadada reunión con el tristemente célebre Villarejo y el "never-ever" ex juez Garzón, reunión de la que ya ha dado no menos de cinco versiones, por lo que alguna vez mentiría -eso es lo peor de todo- ya que todas no pueden ser ciertas. Bien pudiera ser la tercera ministra en verse forzada a dimitir en menos de cuatro meses.
Pero qué más da, en el CIS del mes que viene volverán a subir, faltaría más. Cuando don Pedro deje la política debería montar un restaurante a medias con su amigo José Félix y ya verían como no hay suficientes estrellas michelín para ellos en este mundo.
"¡Joder, qué tropa!"
(Véase que la última frase va entrecomillada y añadiré que fue pronunciada por el conde de Romanones, no vaya a ser que me acusen de plagio)