Mucha es la ruindad que acopia el nuevo gobierno socialcomunista de España, pero si alguna satisfacción nos produjo esta mácula en nuestra historia política, fue la defenestración de las dos ministras que, con el de consumo, ostentaron las carteras más lerdas del anterior ejecutivo. Irene Montero e Ione Belarra se despidieron dando un sonoro portazo: ellas merecían el despido y el obtuso presidente del gobierno el desaire, pero el espectáculo resultó grotesco.

Se oye repetir muchas veces que Podemos ha muerto, incluso algunos perspicaces ingeniosos se han mofado por la curiosa casualidad de que todo se sustanciara un 20N, la fecha en que falleciera Franco y en que José Antonio fuera fusilado sin un juicio justo.

Pero no nos equivoquemos, las izquierdas más extremas siempre seguirán clavándose piolets en los ojos pero, por mucho que muden de piel, la serpiente siempre sigue viva. Ya no serán las mismas personas pero siguen siendo lo mismo, el mismo mal. Podemos habrá desaparecido, o no, ya lo veremos, pero Sumar es exactamente lo mismo que ellos y persigue los mismos fines por mucho que la siempre perroflauta, hoy  Yoli la fantástica, se haya vestido de Prada. Y si ahora están más cerca de los socialistas no es sino porque son estos quienes se han podemizado, sumarizado o como se quiera decir, porque lo que antes fuera asimilable a una socialdemocracia europea, se ha convertido en un ente irreconocible, pretendidamente de izquierdas pero ideológicamente amorfo y capaz de pactar, léase someterse, tanto con la extrema derecha del huido delincuente Puigdemont, como con la formación filoterrorista que homenajea a quienes a tantos de sus compañeros asesinara, o con la derecha radical peneuvista y con los golpistas de extrema izquierda de ERC. Progresismo le llaman a eso y “por la concordia” dicen hacerlo mientras colocan un muro ante la oposición y fracturan la sociedad española.

No podemos aceptar el trampatojo que nos quieren hacer creer, y que en muchos casos esta sociedad adormecida acepta, de que los comunistas de Podemos y/o Sumar, los que mantienen un gobierno de coalición con el PSOE, son una formación política transversal y homologable en democracia mientras, dicen ellos, todas las fuerzas liberales y de derechas son unos fascistas de tomo y lomo.

Debemos seguir saliendo a la calle a manifestarnos, pacíficamente sí pero contundentemente, contra tanta tropelía y tanta corrupción política.