La pavorosa catástrofe del 29 de octubre a consecuencia de la DANA que afectó a cinco Comunidades, especialmente a Valencia, además de causar cientos de muertos y terribles daños que  tardarán mucho en ser subsanados, ha puesto de manifiesto dos aspectos muy diferentes de lo que está ocurriendo en este país llamado España: por un lado se ha demostrado que la gente es solidaria en grado superlativo y, por otro, volvieron a quedaron patentes  la incapacidad y la miseria moral que asolan a gran parte de la clase política y a no poca de la periodística.

Parece ignorarse y se calla que existe un problema estructural que viene de muy antiguo. Lo primero que aprende cualquier campista  o cualquier militar que instala los vivacs de sus tropas, es que no se deben asentar en vaguadas, ramblas o lugares de posibles avenidas de agua aunque en el espacio en que se hallen luzca un sol espléndido. La zona más afectada por la actual tragedia se encuentra situada en la rambla del Poyo pero nunca, nadie a lo largo de muchísimos años creyó que algo como lo ocurrido pudiera suceder y no solo eso sino que se ha seguido construyendo más y más, insensata y temerariamente, incluso en las zonas más inundables. Lo más condenable es que sí, sí se sabía que había peligro y por ello existen planes para realizar obras de contención que pudieran, al menos, paliar grandes avenidas fluviales; pero ninguna administración de ningún partido y menos las de Sánchez, su ministra Ribera y Ximo Puig, cuyo wokismo no ha servido más que para destruir presas y no limpiar cauces, ha manifestado la menor preocupación al respecto sino todo lo contrario. Y es que esas obras no tienen mucha visibilidad cara al público y las inversiones reportarían poco rédito electoral que es lo único que les preocupa.

Por desgracia, en la región levantina son bastante frecuentes las gotas frías con efectos negativos y tenemos no pocos ejemplos de ello. Hay datos de una desgracia similar acontecida en el barranco del Poyo en 1775 y aun se recuerda el desgraciado desbordamiento del rio Turia del año 57 que produjo trescientas muertes en la capital, Valencia, tras lo que se decidió hacer una gran obra que desviara el cauce para sacarlo del centro de la ciudad. Pero esa magna desviación fue proyectada y ejecutada -por mucho que a tantos les pueda pesar y a riesgo de que me califiquen de lo que no soy-, durante el régimen de Franco, el dictador que tantos pantanos y reservorios de agua construyó -la Historia es la que es- para solucionar muchos de los problemas históricos de sequía en España, presas fascistoides, claro, que merecen ser destruidas, faltaría más. Ahora, memoria democrática mediante, había que poner remedio a tanto mal. Cabe preguntarse también si el tan denostado plan hidrológico de Aznar, que incluía una hoy muy recordada y posible presa en Chiva, plan derogado por un tal Zapatero con el aplauso de todas las izquierdas y algunas derechas, hubiera servido ahora para algo; desde luego las que han resultado catastróficas han sido las actuales políticas buenistas.

La CHJ tiene previstas obras en la zona desde hace 15 años pero nada se ha hecho. Según llegó a decir Teresa Ribera "la relación coste beneficios no justificaba la obra". No es un milagro, son tus impuestos, los impuestos que sirven para alimentar las políticas woke, para que los amiguetes y “amiguetas” de los poderosos puedan gastar cientos de millones en pretendidas y falsas políticas "ecologetas", políticas de igualdad, seminarios sin contenido y enseñanzas de masturbación a niños y niñas o crear leyes que reduzcan las penas a los violadores y tantas otras estupideces, por no entrar en la galopante corrupción política y económica actual, que si lo hiciéramos no acabaríamos. En fin, obras en cauces fluviales ¿para qué?

Pero volvamos a la actualidad del sunami que ha producita tanta devastación. Habrá quien  no lo crea pero en lo referente a las alertas previas al desastre han fallado todos. Por supuesto que la Generalitat valenciana estuvo noqueada y no reaccionó a tiempo pero tampoco la Confederación Hidrográfica del Júcar tuvo su mejor día, ni el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico con su titular, la ya citada señora Ribera, quien creo que no solo estaba en Bruselas sino también en Babia, preparando su examen para ocupar un puesto bicoca europeo, fueron capaces de prever a tiempo que la situación se les iba de las manos. Sin eximirles en absoluto de responsabilidad, hasta cierto punto casi les comprendo a todos porque lo que por la mañana era una previsión de fuertes lluvias, a las pocas horas se convirtió en un imprevisible y auténtico sunami como jamás antes había ocurrido. Sí, Mazón falló, pero nadie parece darle importancia a que en Castilla la Mancha haya habido siete muertos y que la actuación de García-Paje adoleció de los mismos o muy parecidos errores que los de aquel. Pero al más puro estilo socialista del gobierno y sus muchos paniaguados y bien engrasados medios amigos, la pieza de caza mayor era, lo sigue siendo y lo será durante mucho tiempo, el presidente Carlos Mazón Guixot.

“Es nuestro momento” llegó a escribir la ministra Ana Redondo.

Lo más preocupante es lo que ha ido sucediendo a partir del momento en que el desastre se convirtió en una triste realidad porque el gobierno, que debió declarar de inmediato el nivel 3 de emergencia y tomar el mando de todas las operaciones, actuó y sigue haciendolo como si se tratase de auxiliar a un país extranjero, como si toda la responsabilidad fuera de los entes autonómicos, cuyos propios medios son siempre palpablemente insuficientes.

Como es habitual, la izquierda va ganando la batalla del relato mientras la derecha sigue pecando de candidez política. Mazón recibió a Sánchez con palabras de agradecimiento -que manda güevos- sin criticar la actuación del gobierno de España hasta que días después se sintió atacado y Feijóo lo primero que hizo fue manifestar su intención de cooperar  con lealtad en todo lo que fuese necesario, sin entrar en polémicas al menos mientras durasen los efectos de la catástrofe. Los populares no parecen acabar de darse cuenta de con quien se juegan los cuartos ni a qué clase de tahúr tienen delante. Olvidando las repugnantes conductas zapatreriles de cuando el Prestige o el 11M, volvieron a pecar de ingenuos. El  PSOE no respetó ni la luctuosa suspensión de la sesión parlamentaria del día siguiente y aprovechó para designar un nuevo Consejo de Televisión Española a su imagen y semejanza, el socialismo entró en tromba contra la Generalitat y contra Mazón lanzando cinco campañas en redes para culparle solo a él, obviando que tratándose de una calamidad que afectaba a varias Comunidades debería haber cogido las riendas declarando una situación de emergencia gravísima desde el minuto uno porque la ley, sí la ley, aunque pretendan ignorarlo así les obliga, y si la Comunidad valenciana se mostró incapaz con mayor razón. Hasta fueron tan osados como para, mediante una moción de censura, arrebatar la alcaldía de Requena al PP en pleno desarrollo de la emergencia. El Consejo de Ministros no se reunió hasta la sesión ordinaria del martes siguiente y todo el argumento de Sánchez fue decir que “si necesitan algo que lo pidan”. Menos mal que “generosamente” permitieron a la UME acudir, una magnifica unidad para este tipo de situaciones, pero con una entidad absolutamente insuficiente en este caso, tardando casi una semana en empezar a movilizar (poco a poco, que no había tanta prisa, caramba) al ejercito y a la policía. La ministra de defensa, Margarita Robles, llegó a decir que es que "el ejército no está para hacerlo todo" y por fin, casi quince días después, se han movilizado bastantes efectivos aunque aun siguen siendo escasos para las necesidades, porque hay pueblos que no han visto un solo soldado o agente policial; a Mazón se le podrá acusar de incompetencia pero lo del gobierno es mala fe e ignominioso y repugnante cálculo electoral. La gente, las ONG y los voluntarios trabajan incansablemente pero con pocos medios y sin dirección alguna. Debe destacarse que se han rechazado ayudas ofrecidas por Francia, El Salvador y Argentina con el argumento de que no eran necesarias. Y es destacable que otras comunidades hayan aportado lo que han podido, generalmente bomberos  y también que hay bomberos franceses voluntarios.

Tenemos el gobierno que tenemos. Nerón también tocaba la lira mientras Roma ardía.

En un alarde de generosidad, el gobierno ha ofrecido ayudas valoradas en diez mil seiscientos millones de euros, cantidad similar a lo que puede suponer el concierto económico catalán cada año y ocultando, además, que para ello podrá disponer de los fondos Next Generation de la Unión Europea, que el 47% serán a través de créditos ICO que deberán ser devueltos por las arruinadas empresas, que otra gran parte irá a parar al fondo de compensación de seguros o a entidades tales como ayuntamientos o diputaciones. (Cierto es que a las cifras citadas también hay que añadir otros 3.700 millones anunciados por Pedro Sánchez el día 11 de noviembre aunque yo aun desconozco como se van a gestionar). Pero  tampoco ha perdido Sánchez la ocasión de tratar de chantajear a la oposición para ver si pican y les aprueban los presupuestos generales ¡Qué poca vergüenza!

Sin embargo, no debemos de estar preocupados porque el presidente se encuentra bien. No importa que mientras Sus Majestades, el Rey y la Reina, dieran ejemplo de gallardía, saber estar y capacidad para dialogar con el pueblo, con el denostado Mazón que permaneció a su lado, su sanchidad se retirara “heroicamente” y “aclamado” por la multitud, malherido por el palo que solo golpeó a un escolta. ¡Uy que pupa! Y que pena que las eficaces gestiones del ministro del interior no obtuvieran el resultado apetecido tras la búsqueda de tantos grupos neonazis organizados de ultraderecha como atentaron contra la integridad de nuestro excelso presidente. Es que no gana para disgustos el bueno de don Pedro; entre lo de su insigne señora, lo de su hermano, lo de su antes amigo Ábalos con Koldo, etc., etc., y estas últimas cosas de la actual catástrofe, es que no le dejan vivir en paz. Pedro Cuentacuentos sabe que también la gran riada irá perdiendo actualidad informativa poco a poco pero que la justicia seguirá investigando su intrínseca corrupción tanto tiempo como sea necesario, y eso le amarga mucho la magdalena del desayuno. Pero todos tranquilos, él está bien.

La miseria moral galopa por su alma, por la de sus directos colaboradores, la de sus socios de gobierno y la de tantos periodistas que siendo inteligentes y muy críticos con el poder otras veces, ahora colaboran tan sumisamente con el sanchismo, ¿sin cargo de conciencia?

No me cansaré nunca de repetir la frase de Gandhi: "Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados".

A ver cuando lo tenemos todos en cuenta.