Empezaremos este artículo con algunas curiosidades:
1.-El pequeño país centroamericano de El Salvador es uno de los estados en que el aborto es completamente ilegal en todas sus formas desde 1.997. Sin entrar a valorar ahora la benignidad o no de dicha ley, únicamente constatamos un hecho que solo se da en dieciocho países del mundo. Hasta 2.009 todos los gobiernos fueron de derechas, pero resulta más sorprendente que los dos últimos, de izquierda radical, hayan pretendido modificar la ley pero admitiendo la interrupción voluntaria del embarazo solo en ciertos supuestos, tal como sucedía antes del citado año 1.997. Y lo que resulta insólito es que cualquier aborto extrahospitalario sea considerado delito tal como fue el caso de Evelyn Hernández, que acudió a un hospital tras sufrir un aborto inesperado en su casa y acabó condenada a treinta años de prisión de los que, tras cumplir once, fue dejada en libertad provisional, pendiente de un nuevo juicio, según falló el Tribunal Constitucional tras recibir numerosas presiones y protestas.
2.- La justicia salvadoreña denegó la extradición a España de ocho implicados en el asesinato, cometido en 1.989, del sacerdote vasco Ignacio Ellacuría, otros cinco jesuitas y dos sirvientas en la Universidad Centroamericana de San Salvador en la que el primero era rector, aunque la de un Coronel implicado que residía ya en Estados Unidos, si fue atendida por este país norteamericano.

El Salvador es un pequeño país con una extensión algo inferior a la de la provincia de Badajoz. Una cruenta guerra civil enfrentó a su ejército con la guerrilla comunista del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), una colisión que se prolongó desde 1.980 hasta alcanzar los acuerdos de Chapultepec, firmados el 16 de enero de 1.992. El conflicto dejó a la república salvadoreña devastada y veintisiete años más tarde sigue apareciendo en la lista de los países más pobres del mundo con un 40,6% de la población viviendo con menos de dos dólares diarios y un 19% por debajo de uno. Que la lucha revolucionaria no logró nada positivo para los salvadoreños es tan evidente como lo que ocurre en su vecina Nicaragua, que, tras una lucha revolucionaria, otra contra-revolucionaria y un periodo de relativa estabilidad, al final se ha topado con el desastre de un gobierno criminal presidido por Daniel Ortega, el “Maduro” nicaragüense.

Las razones para que el país no haya alcanzado el desarrollo deseado pueden ser de varios tipos:
Una de ellas la estructural, ya que ningún gobierno, ni antes ni después del conflicto, ha sabido o podido crear una arquitectura social, industrial y económica adecuada, basando su renta tan solo en una agricultura atrasada -es un gran productor de café- y en el sector servicios, aunque tampoco haya logrado un suficiente desarrollo turístico.
Otro problema que ha lastrado a El Salvador ha sido la enorme proliferación de bandas o pandillas de las que ya hemos hablado en este blog, las tristemente célebres maras entre las que sobresalen la mara Salvatrucha y la mara 18, autenticas mafias delictivas que contribuyen en gran medida a que sea el segundo país del mundo con mayor índice de criminalidad, por detrás de Honduras y delante de Costa de Marfil y Venezuela (cuatro naciones centroamericanas se encuentran entre las ocho primeras de este espeluznante ranking).
Pero la inestabilidad política y la inseguridad jurídica también han sido claves en el retraso de El Salvador. Finalizado el conflicto armado, continuó presidiendo el país Alfredo Cristiani y el mismo partido que estaba en el gobierno, el derechista ARENA que fundara Roberto d´Aubuisson -responsable también de los “Escuadrones de la muerte”-. Tras Cristiani fueron elegidos sucesivamente Armando Calderón Sol y Francisco Flores, también del conservador ARENA y tras ellos Elías Antonio Saca, integrado en el PCN tras su expulsión de ARENA. Sería ya en 2.009 cuando por primera vez resultase ganador el partido FMLN en que se constituyó el antiguo movimiento guerrillero, gobierno encabezado por Mauricio Funes quien a su vez fue relevado en 2.0014 por el ex Comandante Salvador Sánchez Cerén, del mismo partido. Un total de seis gobiernos en que FMLN y ARENA, los principales rivales durante el enfrentamiento armado, se alternaron en el poder. Durante el mandato de los cuatro primeros hubo siempre sospechas de malversación de fondos, o peculado, hasta el punto de que en 2.016 la Corte Suprema admitió una demanda contra el partido ARENA y sus expresidentes sobre corrupción entre 1.989 y 2.009, todo el tiempo en el que gobernaron y, de ellos, Francisco Flores ya había sido encausado en 2.014 aunque fallecería antes de ser juzgado. Tampoco se libraría de pecados el FMLN cuyo primer presidente, Mauricio Funes que gobernó entre 2.009 y 2.014, está sometido a investigación por cinco presuntos delitos de corrupción; actualmente se encuentra asilado en Nicaragua y su extradición ha sido solicitada. Solo el último, Salvador Sánchez Cerén, aún en el poder hasta el próximo uno de junio en que será relevado por el nuevo ganador de las elecciones, no ha sido sospechoso de corrupción, aunque en su contra podemos decir que se ha convertido en uno de los defensores del chavismo-madurismo de Venezuela y de Daniel Ortega.

Los viejos partidos representaban una rémora y se hacía preciso un cambio radical. Veintisiete años después de finalizada la guerra ha ganado las elecciones un partido diferente y un presidente que parecen un soplo de aire nuevo. El vencedor se denomina GANA (Gran Alianza para la Unidad Nacional) de corte conservador, aunque muy capaz de llegar a acuerdos con la izquierda y el nuevo presidente es Nayib Bukele Ortez de 38 años de edad, de orígenes palestino y salvadoreño, empresario y político, ex alcalde de Nuevo Cuscatlán y de San Salvador, un joven con amplia experiencia empresarial y política.

Sin embargo, Bukele había sido expulsado en 2.017 del FMLN con el que nunca se debió sentir totalmente identificado porque les acabó considerando corruptos y por su complacencia con los dictadores de Venezuela, Nicaragua y Honduras. Tras crear un nuevo partido, “Nuevas Ideas”, se alió con el socialdemócrata “Cambio Democrático” que acabaría siendo a su vez ilegalizado por una controvertida decisión del Tribunal Supremo Electoral. Finalmente acabaría presentándose por el ya citado GANA con el que en febrero de 2.019 arrasó en las elecciones presidenciales con un 53% de los votos y sin necesidad de segunda vuelta.

Nayib Bukele está considerado como un político “milénico” o nueva generación del milenio y hay quienes le consideraran populista, antipartidos y antisistema, enarbolando como bandera la reivindicación social.

De lo que parece no caber ninguna duda es que el presidente electo, que asumirá el poder el próximo primero de junio, es poseedor de una más que considerable capacidad de gestión y que desde luego va a romper con todos los moldes anteriores, algo que parece imprescindible. El tiempo dirá cual es el resultado de su mandato, pero de momento solo cabe desearle la mejor suerte y que este cambio signifique definitivamente la ruptura con todos los tabúes consecuencia de la guerra civil y el comienzo de una nueva etapa de paz y prosperidad. No lo tendrá nada fácil, pero el salvadoreño es un pueblo acogedor que ama la paz por encima de todo, de ello puedo dar fe, y ha depositado en GANA y en Nayib Bukele una dosis ingente de esperanza. Y que la ventura los acompañe pues como dijo José ortega y Gasset la vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.