Salieron de la cárcel los golpistas, indultados gracias a la magnanimidad del gobierno, y lo hicieron mostrando una arrogancia y una chulería capaces de enternecer las limpias y dulces almas de sus amigos miembros de los CDR, afables ejecutores del terrorismo callejero.

No esperábamos una sola palabra o gesto de agradecimiento de estos delincuentes golpistas al abandonar el trullo, pero es que no perdieron un instante en decir que su excarcelación se debía, no a la generosidad sino a la derrota del estado, repitiendo un “seguiremos adelante” que tampoco es que nos extrañe ni que sea ésta la primera vez que oímos amenazas semejantes. De hecho tampoco esperábamos otra cosa y ni siquiera Sánchez y su corte lo hacían.

“Lo volveremos a hacer”, amnistía, autodeterminación e independencia son los mantras que siguen repitiendo. El presidente catalán acudió presto a recibirles en la puerta de la prisión mientras todos juntos repudiaban los indultos y los mensajes de reencuentro y concordia tan anunciados por el gobierno a bombo y platillo y advertían de una próxima derrota del estado español en Europa, lo que tampoco nos parece imposible gracias a la desautorización constante que el gobierno hace del Tribunal Supremo a la vez que tacha a nuestra justicia de revanchista y vengativa, moviendo hilos para influir en las decisiones de los tribunales europeos y debilitándonos cada vez más internacionalmente, porque sus fines justifican todos sus medios.

Por si alguien pensaba que toda esta pantomima iba a suponer un avance en lo de rebajar la tensión y que se podrían alcanzar acuerdos razonables en la tristemente famosa y prevista mesa de dialogo o donde fuere, la presidenta del parlamento catalán, otra joya imputada por corrupción, la señora Laura Borrás, dejó claras sus intenciones hace pocas fechas en una entrevista que concedió a una cadena de televisión. Tan estomagante dama repitió sin cesar la aburrida consigna de reclamar diálogo, negociación, entendimiento y todos los sinónimos que se le pudieron ocurrir, a lo que el entrevistador le replicó preguntándole si sabía que en cualquier pacto o acuerdo ambas partes deberán ceder algo, ya que de lo contrario se trataría de la imposición de unos sobre otros. A estas alturas ya habrán supuesto que tan Borras-cosa presidenta respondió aquello de que “nones”, que ellos eran las víctimas, que ya habían sufrido persecución, que habían sido reprimidos y sometidos por un estado antidemocrático y opresor, y blablablá blablablá  blablá, dejado el mensaje implícito de que había que empezar por pactar un referéndum y todo los demás estultos y recurrentes argumentos que no repetiré por no aburrir. Vamos,  que no, que se tendría que seguir por el camino que ellos trazaron y sus interlocutores solo podrían optar a recibir votos para sacar adelante cosas como presupuestos, leyes de eutanasia, memorias históricas y a que se les permita permanecer en el gobierno con sus votos.

El caso es que el gobierno de España es perfectamente consciente pero todo les da igual. Gracias Sánchezes, Calvos, Lastras, Ábalos, Ivanes Redondos y colegas varios. Gracias sean dadas a los obispos catalanes, gracias al portavoz de la conferencia episcopal española -por sus obras los conoceréis según dijo Jesucristo en el Sermón de la Montaña (Mateo 7, 15)-, gracias a todos porque sin vosotros España estaría a punto de convertirse en un régimen fascistoide, vengativo. sin concordia, sin entendimiento y nada dialogante.

Como dijera Platón, quien no desea ser engañado, procure no engañar. Pues menudos trileros  los unos y los otros.