Si quieres miel no des puntapiés sobre la colmena.
Proverbio americano
Que el presidente del FC Barcelona es independentista es algo conocido que nos importa un absoluto bledo. Cabría esperar que sus preferencias para el triunfo en el próximo mundial de futbol pasasen por el de una selección catalana de su hipotética, pretendida e inexistente república independiente. Que España no esté entre sus preferidas es algo que no puede sorprendernos, pero la incontinencia verbal de personajes de dudoda relevancia, encumbrados a puestos mediáticamente visibles, a veces resulta proverbial. Como su selección de Cataluña no puede, ni probablemente pueda nunca, participar en el evento, podría ser al menos respetuoso con las demás y sobre todo con aquellas en las que participan jugadores que militan en el club que preside.
En su equipo juegan futbolistas de muchos países clasificados para la fase final en Rusia: España, Brasil, Francia, Argentina, Alemania, Croacia, Portugal y Colombia, además de otros tres cuyos equipos no han logrado llegar a la fase final. Con España juegan el mundial cuatro de ellos (incluimos a Iniesta porque a estos efectos aun puede considerarse un culé, al menos de corazón).
¡Pues toma!, solo se le ha ocurrido decir que él va a favor de Argentina, a la que solo pertenece un jugador del Barça porque su estrella, Messi, juega con ese país que es el suyo de origen. ¿Habrán gustado esas declaraciones a los Busquets, Jordi Alba, Iniesta y Piqué? Bueno, a Piqué vaya usted a saber, pero todos, al igual que el resto de sus internacionales, pueden haberse sentido ofendidos y alguno ya se ha desmarcado de su presidente. Parecería como que pretendiera darle un masaje satisfactorio al ego de su astro, al que, a pesar de todo, me temo que estas palabras habrán dejado indiferente y, además, reafirmar su antiespañolismo con un chincha-rabieta infantil. En cabezas condicionadas por el fanatismo del nacionalismo excluyente caben pocas ideas y quizá Bartomeu no sea consciente de que a nosotros, como un todo hispano, su onanismo mental nos deja absolutamente impávidos, pero que a los muchos españoles dignos y fans del Barcelona, que son muchos, les habrá producido bastante mal sabor de boca semejante despropósito.