Llevamos muchos días oyendo y leyendo tantas crónicas, artículos y opiniones sobre lo ocurrido en la playa de el Tarajal de Ceuta, frontera sur de Europa con África, tantas que poco nuevo podríamos añadir, pero hay hechos que son incontestables y a ellos nos vamos a referir:

1. La crisis no ha terminado y estamos a expensas de nuevas sorpresas, aunque se puede afirmar que Marruecos está regida por una oprobiosa dictadura que tiene a su pueblo sumido en la miseria. Es ese histórico amigo cordial con el que tantos enfrentamientos, bélicos y diplomáticos,  hemos tenido  a lo largo de la Historia el que ha obrado de muy mala fe una vez más, aunque su modo rastrero de entender la política y los derechos humanos, enviando incluso a niños engañados, ya no sorprende a nadie excepto al gobierno de Sánchez y a la señora Laya, su ministra de asuntos exteriores y pusilánimes.

2. Por una vez, ¿y sin que sirva de precedente? la UE se ha posicionado firmemente a favor de España, quizá entendiendo, por fin, que los problemas migratorios, las crisis humanitarias y las fronterizas en su extremo sur nos afectan a todos y no solo a los españoles. Pero tampoco podemos obviar que Estados Unidos siempre se posicionará a favor de Marruecos al que consideran un aliado estratégico por ser el reino alauita el único país árabe que ha reconocido al estado de Israel, además de ser un importante bastión en la lucha contra el islamismo radical. USA mantiene contactos permanentes con el régimen de Rabat mientras Joe Biden sigue sin devolver la llamada al presidente del gobierno español cuatro meses después de asumir su propia presidencia y es que Biden, el Biden que aquí muchos consideraban que, tras el fin de la era Trump, iba a ser algo así como la versión Far West de Sánchez, es norteamericano; y para cualquier gringo, sea del partido republicano o del demócrata, la España gobernada por el sanchismo, el único país occidental que cuenta con comunistas en su gobierno, que mantiene alianzas con fuerzas de extrema izquierda catalanistas y se apoya en los herederos del terrorismo de extrema izquierda etarra, no puede esperar el menor gesto amistoso del primo de Zumosol.

3. Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y enemigo de Marruecos, acusado por presuntos delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones de población, es el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, un movimiento de liberación de clásico corte comunista que mantiene cordiales relaciones con Argelia y la Cuba castrista. En ese escenario USA apoyará siempre a la monarquía absolutista de Mohamed VI aunque contravenga los designios de Naciones Unidas porque, como también sabemos, el respeto de Norteamérica por los derechos humanos y la legislación internacional puede llegar a ser perfectamente descriptible.

Es, por lo tanto, en este demencial panorama internacional, uno de los momentos en que la acción política de nuestro gobierno debiera alcanzar el máximo de madurez, sentido común, efectividad y mano izquierda, pero para un Pedro Sánchez pagado de sí mismo que necesita y organiza los aplausos de sus palmeros para autocomplacerse, el que dedica todos sus esfuerzos a intentar solucionar  temas de hace más de ochenta años o los de dentro de treinta y abandona los actuales, la diplomacia está de más porque su persona es el epítome de todas las virtudes. Empezó enojando a Mohamed VI no haciendo el clásico primer viaje al vecino país del sur, enfado que crecería mucho con la actitud beligerante del ex vicepresidente Iglesias, afortunadamente desaparecido del gobierno, y disgusto consumado con el cabreo mayúsculo por traer a un enemigo de la dictadura alauita, Brahim Ghali, a escondidas, con identidad falsa y quizá con la ridícula simpleza de creer que lo podrían ocultar y engañar al monarca marroquí.

Criticar al gobierno no es infidelidad. La lealtad de la oposición se manifiesta oponiéndose, e igual ocurre con los que cuestionamos la labor del gobierno. La lealtad se la debemos a España, al estado, no a Pedro “el vacunador”. Claro que el culpable de la crisis de Ceuta es el gobierno de Marruecos, por supuesto que en defensa de España estamos todos a bloque. Pero manifestar desacuerdo con la inacción del gobierno es absolutamente legítimo -el propio ministro Marlaska  había advertido de los peligros de trasladar a Ghali- y no es óbice para que todos estemos de acuerdo en lo esencial, que es la defensa del territorio y el bienestar de la ciudadanía. Sánchez & Company tienen el mismo vicio que los nacionalistas cuando afirman que quienes les ponen ante el espejo de sus barrabasadas están atacando a sus Comunidades, y con esos desleales absolutos sí que pacta el gobierno día tras día. El Sánchez sin ideas propias que carece de otros argumentos más que los de  llamar fascistas a sus oponentes o calificarles como desleales, es el mismo Sánchez que nunca coge el teléfono a la oposición, el que jamás aceptó ninguna propuesta leal incluidas las referentes a la crisis sanitaria, y el mismo Sánchez que se opuso agriamente a otro gobierno cuando una epidemia de ébola acabó con la vida de un perro, al parecer mucho más importante que la de tantísimos miles de seres humanos fallecidos a causa del Covid-19.

Para aplaudir a Sánchez le sobra con sus muchos ministros, altos cargos, asesores, estómagos agradecidos y lameculos varios, prensa del régimen incluida.

Como dijera el General Colin Powell, la lealtad consiste en darme tu opinión honesta, ya sea que pienses que me gustará o no.