Resulta mucho más fácil escribir sobre asuntos impersonales que no afectan directamente al autor, que cuando las emociones y los sentimientos tratan de nublarle la vista. Eso es lo que ocurre en este post y por ello pido disculpas a los posibles y generalmente intrépidos lectores de este blog, por si apreciasen un descenso en la, siempre presunta, calidad literaria del mismo.
Pontevedra es, tras Valencia, la provincia española que cuenta con más bandas de música -un total de 66- lo que supone más de una por Concello y los dos tercios de todas las existentes en Galicia según hemos podido constatar en información extraída del diario El “Faro de Vigo”. Pero hoy nos queremos detener en una de ellas porque, no solo es una banda de extraordinaria calidad artística y musical, sino que además llama la atención la cualidad humana de sus componentes. Constituida como Asociación Cultural presidida por don Samuel Presa Rodríguez, la Banda de Música Popular de Rubiós puede considerarse no solo como la agrupación musical de esta aldea de alrededor de 400 habitantes, sino que es la representativa del Concello de As Neves (Las Nieves) presidido por su primer edil don Xosé Manuel Rodríguez Méndez, municipio al que pertenece y del que recibe apoyo. Sus orígenes datan de 1.883 aunque al parecer empezó a estar constituida como tal banda en 1.892 siendo su primer director probablemente un sacerdote, don Evaristo Senra Martinez. Desde entonces ha vivido distintas épocas, en algunas de las cuales llegó a quedar inactiva por diferentes motivos (guerra civil, emigración, etc.), pero es a partir de 1.987 cuando comienza su ultima andadura que llega hasta hoy con el espíritu de que esta sea ésta la singladura definitiva. Bajo la diestra batuta de su director, don David Trastoy Oseira, cuenta con cuarenta y siete grandes intérpretes, capaces de extraer los más prodigiosos sones de sus instrumentos musicales. Y es que, como decía León Tolstoi, la música es la taquigrafía de la emoción.
Por su trascendencia, la banda de música popular de Rubiós y su historia han sido objeto del libro titulado “A banda de Rubiós e outras músicas de As Neves”, obra del eminente escritor, pintor, músico y político gallego, don Xosé Ramón Paz Antón, quien magistralmente sitúa a Rubiós “en medio de un apacible valle, lleno de la dulzura un poco melancólica de nuestras tierras gallegas”.
Airiños, airiños aires,
airiños da miña terra;
airiños, airiños aires,
airiños, levaime a ela.
Rosalía de Castro
Anualmente, desde 2.008, se celebra en Rubiós una Convención de Bandas de Música en fechas próximas a las fiestas en honor a la Virgen de Libramiento, cuya IX edición tuvo lugar el 2 de septiembre del presente año en la plaza de la iglesia, templo barroco con modificaciones del siglo XIX, a la que acuden agrupaciones de toda España e incluso de Portugal. El presente año la convención ha estado dedicada por primera ver a homenajear a un personaje y éste no fue otro sino uno de los más egregios músicos que de ella han salido, Manuel Novoa González -un dos fillos do reloxeiro- quien, nacido en Rubiós el 03 de febrero de 1.911, dio en la niñez sus primeros pasos artísticos en ésta banda a la que también pertenecieron, de uno u otro modo, diferentes componentes de la misma familia Novoa y allegados quienes, todos, han dejado una huella imborrable. Manuel Novoa llegó a ser un gran músico, compositor, director e instrumentista, uno de los autores más interpretados en Galicia y cuya composición más conocida, la muiñeira “Mozos de Penedo” puede ser oída en todos los rincones de la antigua Gallaecia, tanto en conciertos como en fiestas, verbenas y romerías. Lamentablemente y por diversas razones entre las que preferiremos no entrar en conflicto con la SGAE, muchas de sus creaciones se perdieron y no han sido aún recuperadas aunque, sin embargo, la propia banda de Rubiós está buscándolas denodadamente con la esperanza de recobrar al menos la mayoría, y todo con la inestimable ayuda del gran mestre, Juan Lois Diéguez, quien está llevando a cabo los arreglos convenientes de las obras encontradas, supliendo algunas de las partes no halladas, siempre consiguiendo respetar al máximo la idea del creador con total pulcritud.
A tan emotivo y cariñoso homenaje fuimos invitados los tres hijos vivos del compositor, aunque, por razones de salud y lejanía de la primogénita, solo pudimos asistir los dos varones. Y en este caso debo pedir de nuevo disculpas por las alusiones en primera persona, pero allí nos sentimos tan confortados, sintiendo que trataban de plasmar en nuestras personas el conmovedor homenaje y el afecto al gran mestre, ausente por imperativos del tiempo, que he sentido la ineludible necesidad de expresar, todo lo públicamente que esta humilde tribuna pueda alcanzar, el profundo agradecimiento que nos embarga respecto a todo el pueblo de Rubiós, a su Asociación Cultural Banda de Música, a nuestros familiares allí residentes que nos abrieron las puertas de su casa, al Concello de As Neves y, por extensión, a las magnificas bodegas “Señorío de Rubiós”, sin dejar de hacer una mención especial al responsable de comunicación de la banda y brillante músico, don Manuel Álvarez Rodríguez, al menos a nuestros ojos el alma de todo esto por su vehemente implicación .
Larga vida a Rubiós y a su Banda de Música.