Sin democracia no hay paraíso
Los que peinamos solo canas desde hace ya el tiempo suficiente, podemos recordar algo que, al menos a mí, me produjo no pocas nauseas. Fue la desvergonzada exhibición en los escenarios de un niñito de pocos años, espectáculo que formaba parte de las tournées de una famosa tonadillera tras enviudar de un memorable lidiador que murió en el coso taurino, galas que buscaban la lagrima fácil y la muy rentable compasión de sus enfervorecidos/as fans.
Irene Montero, nuestra Ministra de Igualdad por obra y gracia del padre (el de sus hijos), tiene entre sus ministeriales funciones prioritarias la protección de la infancia y las libertades sexuales. Hace pocas fechas dedicó una parte de su tiempo a hacerse un ”Pantoja” y un “Bescansa” con un improvisado, aunque bien elaborado vídeo propagandístico, portando a su bebé lactante durante el horario de trabajo en el Congreso, ella que dispone de todos los medios personales y oficiales para tener bien atendida a su prole. Su excelso compañero, el Vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, es responsable del área de Derechos Sociales y no es baladí que en los últimos meses hayan aumentado los delitos de maltrato y violencia de género aunque, claro, según ellos eso se debe solo al discurso fachendoso de la oposición y nada tiene que ver con su gestión. Es lo que se llama gobernar a base de hacer oposición a la oposición.
El Gobierno de las Islas Baleares, en manos de PSOE y MES -integrada en Podemos- ha impedido, con la mayoría de su propio Parlamento, que se constituya una Comisión de Investigación sobre el vergonzante caso de prostitución, drogas y violación de menores tutelados por el gobierno de la islas, algo que parece haber estado sucediendo desde hace mucho tiempo y que no puede, por tanto, limitarse a la pertinente investigación judicial. Inevitablemente debieran depurarse responsabilidades políticas puesto que no se trata de un caso puntual; los y las menores llevaban mucho tiempo sufriendo abusos mientras los responsables de su cuidado parecían, como poco, estar en la inopia.
En una sesión parlamentaria y preceptiva de control al gobierno, la oposición tiene el derecho y el deber de interpelar a los miembros del ejecutivo sobre cualquier cosa que consideren oportuna y eso fue lo que hicieron algunos Diputados de PP y Vox, claros crispadores por supuesto, al Vicepresidente y su ministerial pareja ambos antes citados, sobre estos casos de los que deberían responder, tanto por ser tema de su competencia como por estar su partido involucrado en un asunto que les atañe. La reacción de él, el jefe del partido podemita que gobierna en coalición con otra formación supuestamente socialdemócrata, el PSOE, el mismo Iglesias que ya advirtiera a los jueces durante la sesión de investidura que debían andarse con ojo, fue no responder a sus preguntas pero sí llamarles indignos y repugnantes para, como no, terminar con la recurrente muletilla de calificarles de fascistas. Todo un ejemplo de diálogo en el juego democrático.
Pero qué decir de las palabras del señor Ministro de Justicia, don Juan Carlos Campo, sí han leído bien, Ministro de Justicia que además es magistrado español, pareja de la Presidenta del Congreso –aquí abundan mucho los dúos siguiendo, con cierta similitud, el ejemplo de su jefe-, Ministro que se ha permitido dudar de la fiabilidad de una juez, mostrando su extrañeza ante la petición de que se guarden las grabaciones del aeropuerto de Barajas en la noche del 20 de enero, y juez que ha admitido a tramite una denuncia por presuntas irregularidades durante el controvertido caso de la delincuente Delcy Rodríguez, al encontrar indicios de delito.
No resulta difícil encontrarle a todo esto una similitud con lo que pretendían las palabras del Vicepresidente Iglesias cuando, como antes ya indiqué, criticaba y llamaba fascistas a algunos jueces. Todo ello no puede ser otra cosa más que la voluntad de controlar, no solo los medios de comunicación como hace tiempo él dijera hasta suprimiendo la prensa privada, sino también hacerse con todos los resortes de la justicia, Fiscalía General incluida, para cerrar el círculo.
Y como las noticias corren y con la velocidad que nuestro Gobierno es capaz de sorprendernos con primicias aberrantes, hemos sabido también que Pablo Iglesias ha sido designado para formar parte de la Comisión de Control del CNI, con acceso a todos los secretos de estado. Sin comentarios pero como para dormir tranquilos no es.
Lo peor es que cosas como las que acabamos de señalar no son la excepción. Y lo pésimo es que cuando la democracia pierde calidad, es que hay un peligro que nos acecha.