Cuando el humor se vuelve casposo o Dani Mateo haciendo el oso
En plena polémica sobre la posible despenalización del delito de ultrajes al Rey y a los símbolos nacionales y con el debate sobre las condenas a ciertos seudo-artistas raperos por sus vomitivas manifestaciones, un supuesto humorista que responde al nombre de Dani Mateo, en un programa de presunto humor más fétido que satírico, se sonó la nariz con la bandera que representa a todos los españoles.
No nos cabe duda de que lo hizo con la intención de aumentar su notoriedad menguante y a sabiendas de que habrá mucha gente que se sienta agraviada, porque en la ofensa basa sus gracietas; por eso le hemos antepuesto el vocablo supuesto al de humorista, porque tiene la gracia en las fosas nasales además de en las mismísimas posaderas. El humor y el arte podrán ser provocadores, pero insultar y faltar al respeto a millones de españoles, incluso a los que conocemos su juego y no les sintonizamos, es simplemente repugnante. El agravio, la chabacanería y la ofensa en lugar de la clásica sátira no injuriosa o el chiste simplemente ingenioso, no es humor, es simplemente caca en la que el autor se siente reflejado.
Es cierto que no en todos los países los hechos a los que hemos aludido están penalizados, aunque son mayoría aquellos en los que están castigados por la ley. Pero que aquí su despenalización haya sido propuesta por Esquerra Republicana de Cataluña y Podemos, hace que nos pongamos en guardia pues algo extraño parecen querer defender y, claro, que lo apoyen el PNV y PDeCAT no hace sino demostrar que tienen la clara intencionalidad política, una vez más, de minar todo aquello que recuerde al mal llamado Régimen del 78 con el que quieren terminar. Que el PSOE tampoco lo descarte y que su “portavoza”, Adriana Lastra, haya dicho que hay que meter el bisturí en el Código Penal porque la protección jurídica de estos símbolos y sentimientos son cosa de otros tiempos, es algo que hace mucho que dejó de sorprendernos pues la complacencia del sanchismo con aquellos es manifiesta.
La controversia y la discusión están pues servidas. Deberán o no ser delitos estas manifestaciones, a nosotros nos parece que sí, aunque entendamos que pueda haber otras posturas. Pero de lo que no podríamos tener la menor duda es que arquetipos como Dani Mateo solo pueden ser calificados como execrables. Y si en la cadena de televisión (La Sexta) en la que se hizo la performance tuviera la mínima dignidad, este individuo habría dejado de trabajar allí automáticamente. Lo peor es que nos tememos que todo estuviera previsto de antemano y fuera tan intencionado como infame.
A la estupidez de este individuo sonándose los mocos con la bandera de España en un mezquino, ridículo e idiota sketch, no nos merecería la pena dedicarle la mínima atención de no ser por coincidir en el tiempo con todas las polémicas que hemos citado, y no la merecería ni siquiera por el hecho de que un juez le haya llamado a declarar ante la denuncia de un sindicato policial -no es la primera vez que alguien le denuncia por cosas similares-, por lo que puede suponer para nosotros de estéril pérdida de tiempo. Es cierto que ha pedido disculpas, pero también lo es que lo ha hecho al sentir el clamor de muchas quejas en las redes, al ver como retiraban la publicidad del programa en el que participa, al ver como le vetan antes de ciertas actuaciones, o que hay quienes promueven un boicot contra el bar de su propiedad. Y es que, además de estar previsto, necesidad obliga y de su actitud no parece deducirse arrepentimiento alguno porque, repetimos, nunca dan puntada sin hilo.
Pero ya que estamos en ello, nos queremos detener en algo que delata perfectamente al personaje y a quienes le auspician:
Antes de entrar a declarar al juzgado le pusieron, como es habitual en estos casos, unos cuantos micrófonos delante y habló solo durante 51 segundos, muy bien aprovechados, para hacer su mejor función cómica al decir que:
- No era momento de hablar sino de callar y escuchar a la justicia.
- Estaba preocupado porque se iba a juzgar a un payaso por hacer su trabajo.
- No le agradaba la imagen que ello daba de su país y de su bandera.
Pero vamos a ver señor, (o lo que usted sea) Dani de los cataplines:
- Para no querer hablar dijo muchas cosas en muy poco tiempo.
- Por muchas propuestas parlamentarias que haya, de momento ciertas ofensas siguen siendo consideradas delito en el Código Penal y por su presunta comisión es por lo que el juez le llama para intentar aclararlo.
- ¿De donde saca usted que los payasos tienen bula y no pueden ser juzgados?
- ¿Cómo que no se puede delinquir durante el trabajo? Si así fuera, Bárcenas estaría en la calle ¿o no?
- ¿Que le preocupa la imagen que esto pueda dar de su país y de su bandera? ¿La imagen de su país y su bandera con la que se suena los mocos? Como chiste parece siniestro.
Y le recuerdo que un cómico está para hacer reír a los demás, no para reírse de la gente.
Hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro
Albert Einstein